El otro día me asuste y pensé que le podía pasar
algo a una persona muy querida, fue una sensación de vértigo de vació, se paso rápido por que no fue nada importante, pero me hizo conectar con la fragilidad humana, con la muerte, otra vez, por que últimamente esta bastante presente, pero a lo que iba, me
hizo plantearme cosas, me hizo darme cuenta de las veces que discutimos por tonterías
y aplazamos decisiones importantes por cosas no tan importantes.
Muchas veces pensamos
que las cosas malas no nos van a pasar a nosotros, que somos inmortales, pero en el fondo sabemos que eso no es cierto
y en determinados momentos de lucidez nos damos cuenta de que usamos muchos “luegos”
luego te llamo, luego me reiré, luego nos vemos, luego me relajo, luego te doy
un beso….y cuantas veces ese luego no llega nunca? O si no es luego ponemos la
excusa de cuando tenga…cuando haga…entonces… y dejamos pasar la vida, y muchas
veces no es por algún drama sino por que lo seguimos posponiendo para otro
luego.
En muchas ocasiones perdemos tiempo en tonterías, en
vez de cuidar las cosas buenas, llenamos nuestras agendas de compromisos a los
que realmente no queremos ir y nos sentimos mal si decimos no, nos pensamos que
somos mejores si decimos si, y eso no es cierto.
Dejamos pasar un día tras otro sin mas hasta que
una mala noticia, (cáncer, infarto, muerte….) un susto importante, nos
despierta y nos damos cuenta de la fragilidad
de la vida y de que hay muchas cosas que depende de nosotros y otras que no,
que la vida nos puede cambiar en cualquier momento, por lo que hay que empezar
ya a tomar las riendas de tu vida!
Dejamos pasar los días sin dar importancia al sol
que disfrutamos, a la compañía, dejamos pasar los días quejándonos, culpando a
los demás o a nosotros mismos, en vez de disfrutando y agradeciendo como comentaba
en otro post.
Vamos por la calle al igual que por la vida,
mirando al suelo o al móvil. Perdiéndonos millones de cosas, impidiéndonos ver
a los lados, ver lo que hay.
Nos pasamos media vida
o la vida entera, soñando esa vida perfecta que nos gustaría tener, y no vemos
lo perfecta que es nuestra vida ahora. Vale a lo mejor no es perfecta, acostumbrarte a esta vida que a veces es dura,
muy dura. Pero no pongas barreras a tu vida, a la felicidad queriendo que tu
vida sea ese ideal absurdo que te impide disfrutar de lo que tienes.
No dejes que la rutina,
el miedo, tus ideales o proyectos de vida, la sensación de inmortalidad descuide lo verdaderamente
importante de tu vida y te impida vivir y disfrutar de lo que si que tienes.
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