A lo largo de la vida,
es inevitable que experimentemos cosas dolorosas, es casi imposible tratar de escapar
de situaciones que nos puedan generar una herida emocional. Todos tenemos
algunas.
Las heridas
emocionales afectan, casi más que las físicas, tardan más tiempo en sanar,
entre otras cosas porque evitamos mirarlas, y por lo tanto curarlas, intentamos
hacer como si no existieran, ¿imaginas hacer lo mismo con una herida física?
pues lo más seguro es que se infectara, o que se convirtiera en una lesión más
grave….
Por lo que, debemos hacernos conscientes de ellas, evitar esconderlas o maquillarlas, ya que cuanto más las dejemos pasar, evitemos mirarlas y sanarlas más se agravan y se enquistan.Además aunque intentemos hacer que no existen, están ahí y condicionan tu manera de vivir. La vida te pone situaciones que te hacen revivir ese dolor.
Por lo que, debemos hacernos conscientes de ellas, evitar esconderlas o maquillarlas, ya que cuanto más las dejemos pasar, evitemos mirarlas y sanarlas más se agravan y se enquistan.Además aunque intentemos hacer que no existen, están ahí y condicionan tu manera de vivir. La vida te pone situaciones que te hacen revivir ese dolor.
Muchos de vosotros pensareis que revisar el pasado
es una pérdida de tiempo y que lo importante es concentrarse en el
presente. Y efectivamente el presente es muy importante, pero tu pasado condiciona tu presente. Por eso
hay que trabajar y sanar las heridas
pasadas, lo que no significa regodearse en ellas, en el dolor…no es darle
vueltas a lo ocurrido, es trabajar con técnicas psicológicas las heridas que te
están afectando en el presente.
Es muy probable que hechos pasados que te hayan dolido, continúen
determinando tu comportamiento, aunque no seas plenamente consciente de ello,
ya que tu cerebro y tu cuerpo guardan tus experiencias emocionales.
En otras ocasiones el problema no son las experiencias
traumáticas sino las creencias que adquiriste durante la infancia y que no
te permiten avanzar.
Es cierto que no puedes cambiar el pasado, no tienes el poder para borrar las
experiencias que ya has vivido. Sin embargo, puedes cambiar la visión
que tienes de esos hechos, puedes
lograr que dejen de causarte daño y, sobre todo, puedes impedir que se
conviertan en un obstáculo para vivir tu presente y tu futuro sin esos
condicionantes que te impiden ser feliz del todo
Hay muchas formas y tamaños de heridas (abusos, maltratos, abandonos…conflictos familiares, heridas en la autoestima, herida en nuestro ego, heridas en el
corazón…) No hace falta que sea algo muy dramático para que te este afectando en
tu presente, no subestimes lo que te sucede a ti.
Las diferentes experiencias dolorosas de la vida, forman nuestras heridas
emocionales.
EL TRABAJO
PSICOTERAPEUTICO:
El principal objetivo
de la terapia consiste en trabajar en un ambiente seguro con las huellas que se han quedado
en tu cerebro y en tu cuerpo y están limitando tu yo presente, ya sea
consciente o inconscientemente, para poder aceptarlas, tanto desde el punto de vista racional como
emocional. De esta forma dejarán de limitar tu futuro.
Es importante que seas consciente de
que lo que te sigue haciendo daño no es lo que ocurrió, sino cómo tú lo viviste
en su momento, y como lo vives ahora, las sensaciones que se han quedado y las
creencias que se han generado a partir de ese hecho.
El pasado ya no existe, lo que perdura es el
recuerdo que guardan tu cuerpo y tu cerebro.
Por lo tanto, no se trata de borrar el
acontecimiento de tu mente, sino de que lo puedas integrar de otra forma, de
manera que no te dañe.
Se trata de generar nuevas creencias que te
faciliten en vez que te dificulten.
Se trata de mirar con amor y cariño a esa herida
que poco a poco se convierte en cicatriz en vez de tratarla mal o no mirarla.
Como nuestro cuerpo
cicatriza las heridas físicas, también nuestro cerebro, nos permite “cicatrizar”
el dolor emocional.
Hay muchas cosas que puedes ir haciendo tu pero es esencial la ayuda
profesional para trabajar de manera protegida y cuidadosamente tus heridas y
creencias del pasado que afectan a tu yo actual.
Aun así aquí os dejo algunos puntos
para hacer frente a las heridas emocionales. Si tienes cualquier duda o
quieres ponerte en contacto conmigo para trabajar tu heridas y liberarte de
ellas no dudes en llamarme al 616299382 o mandarme un correo a paoladelgado.psico@gmail.com
1-MIRAR LA HERIDA Y ACEPTAR QUE
ESTA EN TI:
La quieras mirar o no, la herida existe y es importante aceptarla, mirarla
y no juzgarte por tenerla. Todos los seres humanos tenemos situaciones que
resolver, no significa que seas mas o menos fuerte por que algo te haya dañado.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, las heridas nos hacen construir unas
corazas, unas creencias que quizá en su momento fueron útiles, las necesitaban,
pero ahora ya no te están ayudando, solo entorpeciendo. Aceptar nuestras
heridas es muy útil y beneficioso.
2-DARTE PERMISO PARA SENTIR Y TEN PACIENCIA, COMPRENSIÓN Y COMPASIÓN CONTIGO MISMO
Todo lo que piensas y juzgas a los demás
lo haces contigo mismo, por lo que si desarrollas estas cualidades tanto para
ti como para los demás, tendrás mayor bienestar.
Date permiso para enfadarte,
llorar, para que poco a poco después te vayas perdonando.
Muchas veces no nos permitimos
enfadarnos con los demás, con esas personas que nos han hecho daño, y esto hace
que el enfado se vuelva hacia nosotros en forma de culpa o en forma de enfado y
rabia constante interna contigo mismo y con los demás en general.
Date permiso para enfadarte con
esas personas que te han herido y ser
compasivo contigo mismo, perdonarte.
Liberarte de la culpa y el rencor es la única manera de sanar nuestras
heridas emocionales. Así como es necesario perdonarte a ti mismo, es necesario
que en algún momento llegues a perdonar y liberarte de ese enfado con las
personas que nos hicieron daño.
3- PREGÚNTATE ¿QUE TENGO QUE APRENDER DE ESTA HERIDA?
Todo lo que nos sucede, nos trae
una enseñanza, de todo hay algo que aprender. Aunque sabemos que es difícil de
aceptar, sobretodo cuando es algo doloroso, y cuando estamos cegados por la
angustia.
En muchas ocasiones, por ese dolor y esa angustia, Intentamos esconder la
herida, nos da miedo mirarla de frente y revivirla.
4- DATE CUENTA DE PARA QUE SIGUES
APEGADO A TU HERIDA.
En muchas ocasiones seguimos apegados porque ya no sabemos cómo sería
seguir viviendo sin esa herida, estamos tan acostumbrados a ella que da vértigo
pensar que podemos estar sin la herida aunque parezca una paradoja. A veces también
nos hace creer que gracias a esa herida somos más fuertes o que ya nadie nos va
hacer mas daño, o que así soy yo (gruñón, inseguro, nervioso….) y ya no puedo
cambiar.
Pero nada de esto es cierto, puedes vivir mejor sin el lastre de esas
heridas, vivir con la cicatriz es mejor que vivir con la herida aun sangrando,
y aunque a veces creas que a ti esa herida aun no te duele planteate si aun te
afecta en tu presente de manera importante.
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