Y es que, esos
grandes propósitos están muy bien ¡está fenomenal tener grandes
objetivos! pero sin que nos parezcan inalcanzables, pero también hay
que ser conscientes de que las
cosas no llegan tan rápido como muchas veces queremos. Tenemos que
respetar nuestro ritmo, el ritmo de
la vida y no pretender conseguir las cosas ya mismo.
Pienso que la clave para esto está en saber disfrutar del camino. No tener solo en mente el final. Esas
grandes metas están ahí, si, y han de ser nuestra guía, esa luz que nos
ilumina, pero no sirve de nada si no mantenemos la motivación en cada paso, si no somos capaces de vivir cada paso que
damos hacia ellos con alegría y disfrute.
Para llegar a ese gran objetivo hay que pasar por muchos
pequeños objetivos, los objetivos
intermedios, no nos podemos olvidar de ellos. Hay que ser realistas, no nos podemos saltar pasos,
además lo importante no es llegar, sino cada paso que damos hasta que llegamos,
las veces que nos caemos y las que nos levantamos. Eso es la vida.
Es importante disfrutar con lo que hacemos, eso nos cambia
nuestra manera de mirar al mundo y eso nuestra vida!
A veces hay que saber tomar distancia para ver las cosas de
otra manera y coger aire para volver a disfrutar con lo que hacemos en cada
momento
No te olvides de que somos nosotros mismos los que decidimos hasta donde podemos llegar, y
los que nos limitamos. Los limites los pones tú.
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