Podríamos
hablar de muchos tipos de discusiones de pareja, pero hoy nos vamos a centrar
en uno de los problemas más comunes: las expectativas, tanto las
expectativas irreales sobre nuestra pareja, como la expectativa de lo que es
para nosotros una pareja.
Antes de seguir leyendo te propongo que te responda a
estas cuestiones y las pongas en común con tu pareja:
¿Qué
es para ti una pareja?
¿Qué
espera de tu pareja en concreto?
Empezamos
por la expectativa de lo que nuestra pareja tendría o debería de
ser/hacer/sentir…y cuando esto que esperamos no sucede, es decir nuestras
expectativas no son cumplidas, nos frustramos, defraudamos y nos sentimos decepcionados.
Esto es algo que sucede en ambos lados de la pareja, el otro seguramente tiene
expectativas hacia ti, que no son satisfechas.
Existen
expectativas características para tu pareja en concreto pero también están esas
creencias acerca de lo que es o no es una pareja y lo que se espera del
matrimonio, de la convivencia, esto son ideas que se nos han inculcado desde
pequeños, a través de las películas, los cuentos, la relación de
nuestros padres y otros adultos… por lo que cada uno nos formamos una idea de
lo que es una pareja, que lo más seguro es que no sea la misma en ambos
sentidos, y ahí empiezan muchos problemas. Esto muchas veces sucede cuando
empieza la convivencia o el matrimonio, cuando de dos versiones, de dos
expectativas acerca de la relación hay que unirlas y crear un nuevo guion entre los dos y negociar, cuando estas diferencias no son muy marcadas, y solo es necesario
consensuar en algunas cosas cotidianas es más fácil, pero si las diferencias
son mas básicas y mas profundas, puede ocasionar dificultades en la relación
mucho mayores, sobre todo si no se está abierto a aceptar la visión diferente
del otro sin que esto conlleve mucha angustia.
Las
diferencias, en la idea de lo que es una relación, viene muchas veces marcado por la familia en la que nos hemos criado, por el
circulo, por el nivel socio cultural, si estos son muy distintos las
diferencias serán más grandes, pero no irreconciliables. Es cuestión de
reajustarse.
Pero
también vienen marcadas por el género. En general las mujeres esperamos unas
cosas de la relación que seguramente no sea lo mismo que lo que espera un
hombre.
Esto
de lo que hablamos es un poco general, pero esta claro que cada uno tiene su idea de pareja que hay que
repasar y poner en común con la pareja para no crear expectativas irreales que
nos hacen daño. Y no empezar a demandar de manera irracional lo que tu pareja
debería satisfacerte.
Si
empezamos a demandar de manera irracional y exigente solo provocamos
frustraciones, enfados, rencor e irritabilidad en la relación. Si yo pienso con
frecuencia que nuestra pareja no nos da lo que debería darnos, probablemente me
sienta triste enfadada, irascible y deprimida y empiece a hacer críticas, a
reclamar de manera directa o indirecta eso que yo creo que debería de darme.
Algunas
de estas creencias irracionales sobre la pareja son:
· “Mi pareja me tiene que dar todo el
afecto que necesito, en el momento en que lo necesito y de forma espontánea”
· “Mi pareja debería atender a cada una de
mis necesidades y pedidos, sin que ello signifique ningún esfuerzo”.
· “Si me amara, se daría cuenta de todo lo
que pienso y siento sin que yo le mencione nada”
· “Si me amara me daría todos los gustos y
haría todo lo posible para que sea feliz.
· “Mi pareja nunca debería enfadarse
conmigo”.
· “Si mi pareja me amara, debería tener
ganas de estar siempre juntos”.
· “Mi pareja debería ser siempre honesta,
abierta y directa conmigo”.
· “Mi pareja debería estar siempre de
acuerdo en todo”
· “Si no me gusta como es, lo/a puedo
cambiar”
· “Mi pareja debería escucharme cada vez
que yo necesite hablar o este de mal humor”.
· “Mi pareja debería estar siempre
dispuesto a resolver los conflictos, en el momento en que yo quiera hacerlo”.
· “Mi pareja debería ser incondicional en
todo momento”.
Todos estos ejemplos tienen en común que
están formulados desde la demanda, la exigencia, y si eso no sucede se
terribiliza la situación y hasta se puede llegar a pensar en una
posible separación, por sostener erróneamente y de forma irrealista que el otro
debe siempre comportarse como yo espero y quiero. El significado que muchas
veces damos a estas creencias distorsionadas, está asociado a que “Si el otro
no se comporta como yo quiero, entonces eso significa que no me quiere, no me
valora o no me respeta lo suficiente” cuando, en realidad, esto no es así, no
es realista pensar que el otro debe ser como yo espero, ya que su conducta
puede responder desde otro lugar
Darnos cuenta de la influencia que
tienen estas creencias distorsionadas y expectativas irreales en nuestra vida
de pareja es muy importante, dado que pueden generar mucha inestabilidad y
llegar a deteriorar considerablemente una relación;
es muy común demandar
que el otro debe ser “siempre” y “absolutamente” amable, sensible,
dulce e incondicional. El problema es “demandar y creer que es terrible si eso
no sucede. Si uno fuera realista no demandaría que el otro se comportara
“siempre” de la manera en que deseamos. ya que la emoción que
esta frustración nos genera es depresión,
ira, ansiedad...
Y COMO PODEMOS MEJORAR ESTE ASPECTO?
- Reflexionar acerca de lo que
nosotros mismos le damos a nuestra pareja, como le pedimos las
cosas, sin esperar que sea siempre el otro el que tiene que entendernos,
ayudarnos y ceder ante nuestras demandas afectivas.
- Tener en cuenta cómo esta mi pareja
en el momento en que yo le reclamo ayuda, presencia o cariño; no esperar a
que renuncie a su vida personal y me coloque en el centro de su
existencia; el momento de la interacción no necesariamente tiene que
coincidir siempre con mi ahora.
- Responsabilizarme de mis
frustraciones personales, sin esperar que el otro le de sentido a mi
existencia. Hacerse cargo de uno mismo y procurar buscar la felicidad en
nosotros.
- Reconocer que nosotros mismos nos
equivocamos frecuentemente, más allá de que mi pareja también lo haga.
- No transformar el deseo en demanda.
Es sano esperar que nuestra pareja conecte de la mejor manera posible con
nosotros, la idea es no transformar esos deseos y preferencias en
demandas absolutistas.
- Tener presente que una relación
raramente puede progresar espontáneamente de una manera mágica si no se
trabaja activamente para mantener el vínculo y el afecto con el que
frecuentemente se comienza.
- Aceptar que muchas de las conductas de nuestra pareja no nos gustan, pero que no es perfecto y tiene su personalidad y su manera de ser y ver las cosas, no podemos pretender que sea igual que nosotros.
- Comprender que no es así para fastidiarnos sino que fue educado de una manera y es de un
genero concreto
No hay comentarios:
Publicar un comentario