viernes, 4 de julio de 2014

DISCUSIONES DE PAREJA. Expectativas frustradas.

Podríamos hablar de muchos tipos de discusiones de pareja, pero hoy nos vamos a centrar en uno de los problemas más comunes: las expectativas, tanto las expectativas irreales sobre nuestra pareja, como la expectativa de lo que es para nosotros una pareja. 
Antes de seguir leyendo te propongo que te responda a estas cuestiones y las pongas en común con tu pareja:
¿Qué es para ti una pareja?
¿Qué espera de tu pareja en concreto?

    Empezamos por la expectativa de lo que nuestra pareja tendría o debería de ser/hacer/sentir…y cuando esto que esperamos no sucede, es decir nuestras expectativas no son cumplidas, nos frustramos, defraudamos y nos sentimos decepcionados. Esto es algo que sucede en ambos lados de la pareja, el otro seguramente tiene expectativas hacia ti, que no son satisfechas.

    Existen expectativas características para tu pareja en concreto pero también están esas creencias acerca de lo que es o no es una pareja y lo que se espera del matrimonio, de la convivencia, esto son ideas que se nos han inculcado desde pequeños, a través de  las películas, los cuentos, la relación de nuestros padres y otros adultos… por lo que cada uno nos formamos una idea de lo que es una pareja, que lo más seguro es que no sea la misma en ambos sentidos, y ahí empiezan muchos problemas. Esto muchas veces sucede cuando empieza la convivencia o el matrimonio, cuando de dos versiones, de dos expectativas acerca de la relación hay que unirlas y crear un nuevo guion entre los dos y negociar, cuando estas diferencias no son muy marcadas, y solo es necesario consensuar en algunas cosas cotidianas es más fácil, pero si las diferencias son mas básicas y mas profundas, puede ocasionar dificultades en la relación mucho mayores, sobre todo si no se está abierto a aceptar la visión diferente del otro sin que esto conlleve mucha angustia.

    Las diferencias, en la idea de lo que es una relación, viene muchas veces marcado por la familia en la que nos hemos criado, por el circulo, por el nivel socio cultural, si estos son muy distintos las diferencias serán más grandes, pero no irreconciliables. Es cuestión de reajustarse.
Pero también vienen marcadas por el género. En general las mujeres esperamos unas cosas de la relación que seguramente no sea lo mismo que lo que espera un hombre.

Esto de lo que hablamos es un poco general, pero esta claro que cada uno tiene su idea de pareja que hay que repasar y poner en común con la pareja para no crear expectativas irreales que nos hacen daño. Y no empezar a demandar de manera irracional lo que tu pareja debería satisfacerte.
Si empezamos a demandar de manera irracional y exigente solo provocamos frustraciones, enfados, rencor e irritabilidad en la relación. Si yo pienso con frecuencia que nuestra pareja no nos da lo que debería darnos, probablemente me sienta triste enfadada, irascible y deprimida y empiece a hacer críticas, a reclamar de manera directa o indirecta eso que yo creo que debería de darme.

Algunas de estas creencias irracionales sobre la pareja son:
  
·   “Mi pareja me tiene que dar todo el afecto que necesito, en el momento en que lo necesito y de forma espontánea”
·   “Mi pareja debería atender a cada una de mis necesidades y pedidos, sin  que ello signifique ningún esfuerzo”.
·  “Si me amara, se daría cuenta de todo lo que pienso y siento sin que yo le mencione nada”
·  “Si me amara me daría todos los gustos y haría todo lo posible para que sea feliz.
·  “Mi pareja nunca debería enfadarse conmigo”.
·  “Si mi pareja me amara, debería tener ganas de estar siempre juntos”.
·  “Mi pareja debería ser siempre honesta, abierta y directa conmigo”.
·  “Mi pareja debería estar siempre de acuerdo en todo”
·  “Si no me gusta como es, lo/a puedo cambiar”
·  “Mi pareja debería escucharme cada vez que yo necesite hablar o este de mal humor”.
·  “Mi pareja debería estar siempre dispuesto a resolver los conflictos, en el momento en que yo quiera hacerlo”.
·  “Mi pareja debería ser incondicional en todo momento”.


    Todos estos ejemplos tienen en común que están formulados desde la demanda, la exigencia, y si eso no sucede se terribiliza la situación y hasta se puede llegar a pensar en una posible separación, por sostener erróneamente y de forma irrealista que el otro debe siempre comportarse como yo espero y quiero. El significado que muchas veces damos a estas creencias distorsionadas, está asociado a que “Si el otro no se comporta como yo quiero, entonces eso significa que no me quiere, no me valora o no me respeta lo suficiente” cuando, en realidad, esto no es así, no es realista pensar que el otro debe ser como yo espero, ya que su conducta puede responder desde otro lugar

    Darnos cuenta de la influencia que tienen estas creencias distorsionadas y expectativas irreales en nuestra vida de pareja es muy importante, dado que pueden generar mucha inestabilidad y llegar a deteriorar considerablemente una relación;
es muy común demandar que el otro  debe ser “siempre” y “absolutamente” amable, sensible, dulce e incondicional. El problema es “demandar y creer que es terrible si eso no sucede. Si uno fuera realista no demandaría que el otro se comportara “siempre” de la manera en que deseamos. ya que la emoción que esta frustración nos genera es depresión, ira, ansiedad...


Y COMO PODEMOS MEJORAR ESTE ASPECTO?
  • Reflexionar acerca de lo que nosotros mismos le damos a nuestra pareja, como le  pedimos las cosas, sin esperar que sea siempre el otro el que tiene que entendernos, ayudarnos y ceder ante nuestras demandas afectivas.

  • Tener en cuenta cómo esta mi pareja en el momento en que yo le reclamo ayuda, presencia o cariño; no esperar a que renuncie a su vida personal y me coloque en el centro de su existencia; el momento de la interacción no necesariamente tiene que coincidir siempre con mi ahora.

  •  Responsabilizarme de mis frustraciones personales, sin esperar que el otro le de sentido a mi existencia. Hacerse cargo de uno mismo y procurar buscar la felicidad en nosotros.

  • Reconocer que nosotros mismos nos equivocamos frecuentemente, más allá de que mi pareja también lo haga.

  • No transformar el deseo en demanda. Es sano esperar que nuestra pareja conecte de la mejor manera posible con nosotros, la idea es no transformar esos deseos y  preferencias en demandas absolutistas. 

  • Tener presente que una relación raramente puede progresar espontáneamente de una manera mágica si no se trabaja activamente para mantener el vínculo y el afecto con el que frecuentemente se comienza.

  •  Aceptar que muchas de las conductas de nuestra pareja no nos gustan, pero que no es perfecto y tiene su personalidad y su manera de ser y ver las cosas, no podemos pretender que sea igual que nosotros.

  •  Comprender que no es así para fastidiarnos sino que fue educado de una manera y es de un genero concreto

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